¿Recuerdan cuando sus padres les decían que de acuerdo al lugar en el que estuvieran debían comportarse de determinada manera? Aunque esto respondía en su momento a normas de cortesía y buena educación, tanto el marketing tradicional como el digital comparten una premisa similar a esa regla: conocer a la audiencia es vital para cumplir los objetivos de las marcas y lograr proyectarlas de forma coherente y oportuna.

Un ejemplo sencillo, pero ilustrador sería uno como el siguiente: si se trata de un autolavado, lo más lógico —a primera vista — sería pensar en hombres y mujeres que tengan carro como la audiencia objetivo. Otros targets posibles, pero quizás no tan evidentes serían las empresas que buscan mantener su flota de vehículos y las aseguradoras.

Expuesto de esta manera, no resulta descabellado afirmar que identificar las características de las audiencias permite plantear el enfoque de las marcas y desarrollar contenidos y campañas alrededor de las personas interesadas en un rubro en específico, ¿cierto? Nuestro equipo de estrategia y consultoría lo sabe muy bien.

Piensen en el tiempo que pasa un usuario revisando contenidos en su celular o en su computadora, ahora imaginen que ese material es algo que realmente le interesa, cubre alguna necesidad, lo impulsa a adquirir un producto / servicio o simplemente le fascina hasta convertirlo en un fan de lo que la marca hace. That’s the magic!

Cuando una marca conoce muy bien a su público, su efecto se mantiene por largo tiempo. Pasa lo mismo cuando alguien les cuenta un buen chiste y al recordarlo días después aún se les escapa una sonrisa. ¿Saben la edad promedio de su público, sus necesidades y sus intereses? ¿Qué porcentaje son mujeres y hombres? ¿Qué les apasiona y qué les preocupa? ¿Cómo es su rutina diaria? Si no lo saben, es hora de averiguarlo.

Definir a la audiencia pasa por analizar una data e identificar no solo a los mejores consumidores, también a los potenciales. Al tener una mayor compresión de los perfiles de los posibles clientes, se pueden producir mensajes más efectivos e interactuar de manera cruzada con ellos para hacer de la marca, servicio u organización una centrada en el consumidor.

Marquemos el rumbo de sus marcas hacia el logro de objetivos específicos y, sobre todo, divirtámonos en el proceso de enamorar a la audiencia. 

Gilda Badaracco – Productora de Contenidos