Sócrates lo predijo mucho antes de la aparición de Internet: Sólo sabemos que no sabemos nada y en esa verdad hay alivio. En los tiempos que corren resulta imposible seguirles la pista a los avances tecnológicos, los cambios sociales, las noticias sobre el medio Oriente, las tendencias musicales, el último meme de moda, la nueva red social o los cambios del algoritmo de Facebook que ocurren a la velocidad de un suspiro. Se nos exige hacerlo porque somos jóvenes, profesionales, trabajamos en y con Internet, producimos contenido y, en teoría, deberíamos tener una opinión sobre todo… pero ¡hey! Podríamos parar el mundo un momento, me siento un poco mareada.
La buena noticia es que no sé y como no sé, puedo enterarme.
El primer paso es aceptar la ignorancia. La potencia de libertad que esconde una frase aparentemente inofnsiva como “no sé” ha sido subestimada en nuestra hipervinculada sociedad de la información. Pero vaya que tiene poder, es una frase para romper el sistema, es un error de la Matrix.
Esta es la escena: Un grupo de conocidos afuera de una galería discute sobre arte contemporáneo. Alguien suelta un comentario sobre un artista novel y, opción a) todos asienten; opción b) alguien pregunta quién es el artista porque no lo conoce. Si ocurre la segunda opción, alguien del grupo podrá explicar de quién se trata, en qué consiste su obra. Listo, se ha generado una oportunidad de aprendizaje. Cuidado, no se trata de ser el típico rompe pelotas que lo pregunta todo, sino de practicar la honestidad.
Aparte de aceptar la imposibilidad de saberlo todo, funciona especializarse en un área del saber que te apasione. Si te gusta la música sacra pues naturalmente estarás al día sobre todo lo relacionado con el tema. Los intereses son tan diversos y variopintos como personas hay en el mundo. Vladimir Nabokov, por ejemplo, coleccionaba mariposas, Winston Churchill era paisajista y Will Smith escribe cuentos infantiles. Es decir, puedes especializarte en cualquier campo que quieras, siempre y cuando te genere una satisfacción personal. Todos conocemos a alguien que ama los cómics o que revisa los índices bursátiles por placer; esto es muy valioso a la hora de limpiar nuestras fuentes, otra de las acciones concretas que podemos aplicar para mantenernos al día.
La tecnología nos permite, cada vez más, establecer filtros para la información. Esto ha sido un reto para las marcas, pero para el usuario final es una gran ventaja que le permite pescar buen contenido en un mar de información basura. Selecciona los medios, blogs e influencers de los cuales quieres recibir información. Asegúrate de ser plural en la selección para lograr una visión más panorámica de los hechos.
Esto es importante, sobre todo cuando se quiere pasar de estar enterado o informado, a un estadio más profundo donde se origina el conocimiento, es decir, cuando realmente estás tratando de entender lo que ocurrió. Para esto se requiere disposición, tiempo, interés y la absoluta conciencia de que, mientras investigas, millones de cosas nuevas continúan sucediendo, poniendo la rueda otra vez a girar.
Melanie Pérez Arias – Directora de Contenidos