Fact: los seres humanos nos encontramos constantemente en comunicación. Desde el momento en que despertamos estamos envueltos en procesos que, consiente o inconscientemente, requieren el intercambio y la transmisión de información.
Ya lo había anticipado Aristóteles con el concepto griego de las polis: somos seres sociales, que ameritan estar en comunidad para funcionar y, estar en comunidad, implica ineludiblemente estar en comunicación. Este proceso habla de una de las necesidades más básicas del hombre: la de formar conexiones unos con otros.
El arte es una de las formas en como hemos intentado hacer tales vínculos y, en este mismo sentido, las expresiones cinematográficas, son otro intento de conectarnos. Hoy queremos hablarles de algunas películas que abordan la comunicación como algo inherente al hombre y de los intentos de éste de establecer conexiones con aquellos que los rodean. ¡Conózcanlas!
5) The Intership (2013)
The Intership, protagonizada por Owen Wilson y Vince Vaughn, merece más crédito del que recibe. Se trata de un film lleno chistes que pisan el terreno del lugar común, pero que al mismo tiempo hace una revisión importante de la sociedad y de las distintas formas en cómo se manejan y conectan las distintas generaciones.
El carisma de sus protagonistas y la inocencia de la interpretación de sus personajes funcionan como el puente ideal donde convergen dos mundos: los que pertenecen a la era de la globalización producto de los avances tecnológicos y los que aún no entienden estos códigos pero deben adaptarse al cambio.
A primera vista, parece una comedia más destinada al olvido, pero es dentro de estas mismas bromas anticuados y de las situaciones incómodas retratadas que se refleja el efecto profundo que la tecnología ha tenido sobre el modo de relacionarnos con los demás
Pongámonos un poco más serios. Los efectos y consecuencias de la presencia de las redes sociales y del Internet ha afectado la forma en cómo entendemos nuestro alrededor: gracias a estas herramientas somos testigos de experiencias únicas que hace unos años eran imposibles.
La historia de Saroo Brierly, retratada en el film Lion, es ejemplo de este fenómeno: un niño indio que luego de perderse y separarse de su familia biológica es adoptado por una pareja de australianos. Años después, decide embarcarse en la aventura de encontrar a su familia perdida, odisea que logra realizar gracias a la ayuda de las herramientas que ofrece Internet.
Esta película, además de ser un excelente drama, llena de personajes muy bien construidos, refleja las nuevas posibilidades que ofrecen las redes sociales y su potencialidad para mantenernos en contacto con aquellos que, por distintas razones, se encuentran fuera de nuestro alcance.
Ex Machina no es una película más de ciencia ficción; es un elaborado thriller de drama y suspenso que los mantendrán al borde de su asiento desde el comienzo hasta el final. La historia es sencilla: Caleb, un programador talentoso, es elegido para participar en un experimento que consiste en la evaluación del primer robot con apariencia humana e inteligencia artificial: Ava.
Más allá de su interesante trama, la verdadera magia de la película se encuentra en las profundas interacciones que se dan entre los personajes, en donde surgen las interrogantes: ¿qué significa ser humano? ¿Es nuestra capacidad para comunicarnos y nuestra inteligencia lo que nos convierte en tal o existe algo más que nos hace distintos al resto de las especies?
Este film logra contarnos la historia a través de conversaciones que no solo enriquecen a los personajes, sino que nos hacen formularnos preguntas que dábamos por sabidas respecto a nuestra naturaleza.
A través de su extraordinario casting y las discrepancias que surgieron entre lo que sucedió y lo que fue mostrado en la película, The Social Network logró retratar, simultáneamente, la creación de una de las redes sociales más populares de todos los tiempos (Facebook) y la controversia por los efectos que tuvo en la intimidad de la sociedad que se plegó a ella.
Uno de los elementos más interesantes de este film es que plasmó en la pantalla uno de los dilemas más pertinentes de nuestro contexto: ¿tienen valor real los contactos que hacemos a través de las redes? ¿Podemos llamarlas amistades? O, incluso, ¿Estas relaciones tienen un verdadero significado para nosotros? La película no nos da respuestas definitivas, pero sí nos deja con una sensación agridulce respecto a la condición del hombre y su relación con las redes sociales.
Las redes sociales surgieron por una sencilla razón: la necesidad del hombre de conectar con los que lo rodean y evitar, a toda costa, la soledad que constantemente le asecha. Y, aunque facilitaron la comunicación entre nosotros, ¿verdaderamente han hecho más fácil la tarea de conectarnos?
Lost in Translation no trata el tema de las redes sociales explícitamente, pero sí de lo difícil que puede ser encontrar un nexo con otra persona. Incluso, habla de lo aleatorio que esto puede ser y cómo a veces nos aferramos a lo primero que encontramos. Lo que este film busca retratar es la complejidad existente en la comunicación, en lo que decimos (y lo que dejamos de decir) y entender que esta condición va más allá de las barreras del lenguaje: es hacer consciente la posibilidad de que nuestro mensaje se pierda en “la traducción”, es decir, en si verdaderamente es recibido de la manera en que deseamos.
Y aquí llegamos a nuestra interrogante final, ¿la globalización ha facilitado o dificultado la interacción entre personas? Esta película nos enseña es que siempre existe la posibilidad de encontrar conexiones con otros como Bob Harris (Bill Murray) y Charlotte (Scarlett Johansson) lo hicieron siendo completos desconocidos. ¿Pudiéramos trasladar la esencia de esta palícula para hacer una suerte de reflexión sobre el efecto de las redes sociales? ¡Sin duda alguna que sí!
César Garbán – Community Manager