Es común encontrarnos en el mercado de la comunicación a los fashionistas y a los resistentes. Los fashionistas son los que quieren hacer todo lo que los demás hacen, sin importar por qué. No importa si la marca no tiene nada que ver con la nueva tendencia o práctica, «yo también quiero hacerlo». Los resistentes, por su parte, son como los desconfiados, no creen en nada -muchas veces ni en sus propios productos-, no quieren invertir en nada que desconozcan. No hay peor ni mejor, ambos están transitando sin estrategia y, en todo caso, eso es lo que los estanca.

La diferencia entre tener una agencia que ejecuta a una consultora que CREA, es la directriz. Una orientación estratégica es capaz de identificar los nichos, ajustar acciones y plantearse un camino, una hoja de ruta, en función de los objetivos empresariales, para luego transformarlos en estrategias comunicacionales. Pero ¿qué hace efectiva a una estrategia? ¿cómo podemos pasar del nivel de las ideas al nivel los hechos?

CREAR es el verbo que convierte una idea en  un hecho, es el verbo de la transición, es un verbo anfibio que vuela con visión y anda con firmeza, pero al fin y al cabo, como todo verbo, es una acción. La línea que separa a la gente que piensa de la gente que hace, no debe discriminar ninguna de las experiencias. Para pensar mejor hay que saber cómo se hace, y para hacer mejor hay que saber pensar.

De ahí que la mejor alianza que se puede tener para ser efectivos en ambos «mundos» es la creatividad. La creatividad concebida más allá de los estereotipos, concebida como lo que es: una aptitud natural del hombre que cree y usa la llamada inteligencia constructiva: ideas o conceptos que habitualmente producen soluciones originales.

Es común encontrar una disociación entre la creatividad y la estrategia, lo cual incrementa no sólo los costos al cliente, sino los errores en el camino. La estrategia por sí sola suele quedarse en el papel, en la minuta de reunión impactante. La creatividad sin objetivos es una explosión de color, un fuego artificial, que cuando es muy exitosa sólo da cinco segundos de fama. Por eso nuestra propuesta es la creatividad estratégica, ¿o es la estrategia con creatividad? Veamos.

Más que hablar de lo que pueden llegar a ser en el ejercicio, hemos comprobado que a los creativos hay que impulsarlos a cazar objetivos y a los estrategas hay que invitarlos a pensar un poco más, a relajarse un poco más. Sólo así el estratega conseguirá los mejores canales, plataformas y tácticas; y los creativos no habrán trabajado en función de lo cool, sino en función de hacer de lo cool algo productivo.

En comunicación, en redes, en la vida, no se trata de «estar porque todos están» ni quedarnos en la zona de confort de «esto es lo que le gusta al cliente». El asunto está en hacer las cosas diferentes, en utilizar nuestras herramientas al máximo, en tener una visión panorámica dentro de una mente creativa.

Color y dirección, que no estamos somos para «dibujar» sino para lograr algo con esos colores. Color y dirección, que no estamos para dejarlo en papel, sino para hacerlo realidad.

 #creaTIPS

Inserta ejercicios de #estrategia y #creatividad en la dinámica de tu equipo de trabajo. Tomarse el tiempo para colorear y el tiempo para preguntarse sobre los colores.