Constantemente escucho solicitudes de clientes del estilo «no queremos meternos en política», «no podemos establecer una postura” o «eso sólo trae problemas», obviando la premisa de que el hombre es un animal político. En contextos donde la simple palabra «política» ha sido circunscrita a ciertos actores o situaciones, es entendible que las marcas busquen deslindarse, pero ¿se puede hacer comunicación política para las marcas en entornos de conflicto social?
Si bien la comunicación política no se aplica a un concepto creativo para el lanzamiento de un producto o para encontrar el slogan de un nuevo hotel, tampoco está restringida a las campañas electorales. Es el contexto social el que dictamina cuán «política» va a ser la comunicación cuando no tenemos la intención directa de «pertenecer» a ella.
Básicamente porque la política no es un concepto que pertenezca exclusivamente a partidos, actores o conflictos específicos, al contrario, la política es un constructo social que involucra menos burocracia y centralización de poder de lo que pensamos. Entendiendo correctamente la noción de política podemos identificar cuándo estamos en escenarios de comunicación que requieren un tratamiento político, sin importar si usted es un ciudadano o una marca.
En entornos conflictivos el contexto termina convirtiéndose en un campo político donde, dependiendo del nivel de conflictividad, cualquier discurso -textual o no- es en sí mismo una postura ante la circunstancia. Entonces entramos en el terreno de la comunicación política aplicada.
Cuando un equipo de comunicación corporativa maneja las premisas de la comunicación política es capaz de a) optimizar la efectividad del mensaje de sus clientes en un entorno conflictivo; b) resguardara a la marca y c) construir una postura adecuada a sus necesidades e intereses.
¿La noticia? En entornos como los que vivimos a nivel global y glocal donde se debate temas abiertamente políticos como los derechos LGBTI, el cambio climático, los derechos civiles o la libertad de expresión ninguna postura o mensaje es «apolítico» cuando incluso guardar silencio puede ser interpretado como una posición tomada.
¿Conoces cuál es la postura de tu marca respecto a estos temas? ¿Sabes cómo comunicarla efectivamente en un contexto donde la frase «punch» sin estrategia es peligrosa e insuficiente? Razona tu respuesta:
.- Si no lo sabes, apóyate en aquellos que entienden cómo funciona la comunicación política.
.- Si tienes una idea de cuál es la posición de tu marca pero tienes temor de asumirla, busca a quien puede construir una estrategia que resguarde tus intereses.
.- Si aún crees que tu marca no tiene por qué asumir una postura, vuelve a leer.
La comunicación política no es una ciencia oscura, por el contrario, es una disciplina que se especializa en vivir -y sobrevivir- en entornos sensibles, polarizados, tabú o «prohibidos». Hacer luz en la oscuridad también es posible, como siempre, es cuestión del lado de la fuerza en el que decidas estar y del equipo que te acompañe en el camino.
Carla Alvarenga – Directora de Estrategia